Todos los árbitros han tenido un mal partido que preferirían olvidar. Ya sea por una jugada, problemas con un compañero o miembro del grupo o jugadores y entrenadores persuasivos, no siempre es fácil poner esos partidos en el espejo retrovisor.
En el caso de fallar en una jugada, reconocerlo es el primer paso en el camino hacia la recuperación mental. A partir de ese momento, se trata de cómo eliges reaccionar.
Cuanto más tiempo arbitramos, más altas son nuestras expectativas personales, lo que hace difícil aceptar las críticas de todos, desde los aficionados y participantes hasta los designadores y coordinadores. A medida que el nivel de juego continúa aumentando, los árbitros se enfrentan a la posibilidad de tener uno de “esos partidos”.
Cuando los árbitros de alto nivel se sientan a compartir mesa y mantel, a menudo mencionan sus errores en historias cómicas. No como una forma de fanfarronear o esclarecer esas situaciones, sino para ilustrar que nadie está por encima de los errores. O recuerdan la confrontación con un entrenador o jugador que terminó en un espectáculo deportivo destacado. Su historia generalmente concluye con cómo utilizaron esa circunstancia para mejorar y seguir adelante. Es posible que la historia incluya una mención de los pasos tomados y el asesoramiento de sus mentores.
Los árbitros no pueden y no deben simplemente borrar su memoria, olvidando el mal partido. Tampoco debe llevarse como un lastre. En cambio, hay formas de convertir “las plumas de pollo en ensalada de pollo”.
¿Por qué sucedió?
Para comenzar, haga una autoevaluación honesta para determinar si hubo factores externos que influyeron en su trabajo. ¿Llevaste algo al partido que deberías haber dejado en casa o en el trabajo? ¿Estabas mentalmente listo? ¿Aplicaste incorrectamente una regla o usaste una mecánica incorrecta?
Esos errores son bastante fáciles de corregir, con estudio o con un ajuste de actitud.
La película no miente.
Lo hemos escuchado cientos de veces: ver nuestros partidos desde varios ángulos expone lo que ocurrió en nuestras zonas de cobertura.
Si la película va a ser evaluada por un supervisor, un observador, un entrenador o un coordinador, tómese tiempo para verla antes de revisarla. Es posible que desee verla solo o con un compañero o mentor de confianza. Haga una lista de las jugadas que generan preguntas, véalas varias veces y sea crítico con lo que ve. No estás ensayando una defensa firme en el caso de una evaluación negativa. Estás buscando soluciones. Debes mostrar interés si se habla antes de la revisión. Algo como “Oye, si miras el partido en el minuto 7:03, verás que podría haberlo hecho mejor”, indica que estás dispuesto a admitir errores.
Saque la ira de su interior y respire profundo. Luego regrese y vea la película nuevamente con un ojo puesto en cómo podría haberse manejado mejor.
No niegues, discutas o culpes. Aunque la evaluación sea escrita o entregada en persona, acepte la crítica y el consejo dado. Existe una gran posibilidad de que la persona que está al otro lado de la mesa o en el otro extremo del correo electrónico también se sienta incómoda y desea que la evaluación sea adecuada. Lo más probable es que él o ella le ofrezca palabras de motivación y aliento (no lo olvide, es probable que hayan estado en su lugar en algún momento). Comprométase a tomar acciones positivas, expréselas y pida consejo y asistencia, acciones que demuestran una actitud positiva.
Si la evaluación se realiza en persona después del partido, relájese antes de participar con el evaluador. Su adrenalina seguirá fluyendo. Respire y relájese.
Informe a su designador.
Si le piden una reunión cara a cara, llegue a la reunión con una perspectiva positiva. No busque una confrontación. Controle sus expresiones faciales y su postura. Si saca una silla y cruza los brazos sobre su pecho mientras baja la mirada, la reunión no saldrá bien. No interrumpa y no se moleste por la crítica; Absórbalo y empápese.
Puede estar en desacuerdo con un comentario durante la revisión. Defiéndase, pero recuerde que el juicio del designador es definitivo. Sepa que hay un momento en el que necesitará ser más prudente.
Haga preguntas cortesmente para aclarar. Traiga su libro de reglas, manual u otros materiales de trabajo. Si no está seguro de una regla, interpretación o mecánica, hable con su coordinador. Tome notas si es necesario.
Recuerde, el designador ya ha evaluado su rendimiento. El próximo juicio será sobre su carácter, actitud, reacción y respuesta.
Siga Adelante.
Después de que todo esté dicho y hecho, comience una actividad física, como correr, caminar o andar en bicicleta. Encuentre un lugar tranquilo para estar solo para una reflexión personal. Revise los pasos positivos que se pueden tomar para evitar que los fallos se repitan.
Recuerde por qué se hizo árbitro originalmente: disfrutar del deporte, las amistades, los partidos llenos de presión y el entusiasmo de los jugadores y los espectadores. Deje ir la ira, el dolor, la frustración y el resentimiento o repetirá los mismos errores en el próximo partido.
¿Todavía se siente mal consigo mismo? Recuerde que tener partidos es un privilegio. Ganamos esa oportunidad al mantenernos en buena forma física, estudiando el reglamento y la mecánica y exhibiendo una conducta profesional. Recuperarse de una mala experiencia es parte del recorrido. Esfuércese.
Fuente: https://www.referee.com/put-a-bad-game-in-the-rearview-mirror/
Traducción: Nacho Pardo
Buenas gracias esos consejos son muy buenos