En el mundo de la sabermetría, en los tiempos en que se mide incluso el ángulo en el que se batea, es difícil encontrar una estadística que nos permita evaluar de manera objetiva e individualizada el rendimiento de un lanzador o un bateador, aislado de todos los aspectos del juego que le rodean.

Hay mucho debate al respecto, sobretodo en el paraíso de las estadísticas, EEUU. Es por eso que iremos descubriendo los pros y contras de algunas de ellas e intentaremos destapar algunas menos conocidas pero quizás más válidas que las más extendidas ERA o AVG.

Empezamos con una estadística para medir el rendimiento de un pitcher, la más antigua de ellas, el balance de victorias y derrotas.

Una victoria (W) se le concede a un solo pitcher en cada partido, siendo el que está en el montículo cuando su equipo se pone por delante. Un pitcher abridor tiene que lanzar un mínimo de cinco innings para poder sumar una victoria. Hay algunas excepciones, pero esta sería la norma general.

Teniendo esto en cuenta se puede dar el caso en que un pitcher esté lanzando 8 innings y ceder el montículo tras dos outs en el último, con una ventaja de 1-0 para su equipo. Si en ese momento entra un relevo y cede un home run en antes de conseguir el último out (1-1) y su equipo consigue el walk-off del 2-1 en la parte baja, la victoria se la apunta el relevo, no hay recompensa para el buen trabajo del abridor.

 

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Aparte de su dependencia del apoyo de las carreras de su equipo las victorias para un pitcher abridor están muy subordinadas al apoyo del bullpen. Un pitcher puede lanzar de manera brillante, abandonando el juego con ventaja, y ver con desesperación como el bullpen echa por tierra el save y su equipo se coloca por detrás en el marcador. Por mucho que su equipo acabe ganando recibirá un no-decision, o lo que es lo mismo, nada.

Por el contrario, un pitcher puede tener una mala actuación, permitir muchas carreras, abandonar el montículo antes de lo deseado, pero puede igualmente anotarse la victoria si su equipo anota aún más carreras.

Esto es lo que hace complicado hoy en día, en el que es tendencia el uso de relievers, que esta estadística pueda tener su valor, pero sea poco relevante a la hora de calibrar a un pitcher. Sí lo era en otras décadas en la que los pitchers disputaban los partidos completos, pero no tanto en el béisbol moderno.

 

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Antes de los 70 era habitual ver temporadas con más de 1000 partidos completos en la MLB. El último año que vio superar el millar fue 1978, con 1034, pero a partir de entonces la tendencia es claramente a la baja, hasta llegar a los 234 en el 2000, pero bajando a una paupérrima cifra de 45 el añó 2020. Es por eso que el balance W-L cada vez pudiera tener menos valor por el constante abrir y cerrar de las puertas del bullpen.

Por ejemplo, Félix Hernández ganó el Cy Young Award en 2010 a pesar de su balance W-L de 13-13. Muchas veces una victoria está fuera del control de los pitchers, cuando un lanzador dominante no encuentra el respaldo de su ofensiva. En 2014 el abridor de los Brewers Ben Sheets terminó con un W-L de 12-14 a pesar de ser el que tenía mejor ratio de strikeouts:walk, 8:1 y estaba entre los 5 mejores en ERA con 2.70.

 

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Esta estadística tampoco distingue entre victorias ante equipos en mejor o peor estado al bate, con lo que cualquier win, sea complicada en los extrainnings o por abultada diferencia por knockout sin despeinarse tienen el mismo valor.

A pesar de todos estos puntos en contra hay un debate abierto al respecto. A pesar de que la sabermetría puede despreciar esta estadística muchos son los pitchers que le echan el ojo antes de entrar al campo. Max Scherzer, as de los Nationals con un balance en las Majors de 170-89, opina que a pesar de que no es una buena manera de evaluar a un lanzador, la única cosa que quiere un pitcher al abrir un juego es aguantar lo máximo en el montículo, abandonarlo con ventaja para su equipo y ganar. Para Clayton Kershaw, de los Dodgers, es preocupante ver su balance desfavorable y para el manager Joe Maddon para un pitcher sería preferible 17 wins y un ERA de 4.00 que 12 victorias y un ERA de 2.00.

Así pues, a pesar de que no es una estadística que defina categóricamente a un pitcher (ninguna lo hace), sí que es un balance que sigue teniendo su influencia y que los pitchers difícilmente pueden ignorar. Digamos que sería la carta del desempate ante dos lanzadores de números igualados.

 
Liga Nacional de béisbol

En nuestra liga esta estadística podría también ir perdiendo valor, pues nuestro béisbol no es ajeno a los aires que llegan de Estados Unidos. En 2016 el número de partidos completos fue de 68, un 30% de los juegos, pero en sucesivas temporadas este número ha ido decreciendo hasta los 12 partidos completos de 2019, solo un 12% de los disputados.

Para Marc Juaneda, coordinador del programa de pitcheo de categorías inferiores de la RFEBS, esta “es una estadística importante en la que los lanzadores piensan cada vez que se suben al montículo”, a pesar de que “es una estadística muy dependiente del equipo en el que juegues, del momento en que se encuentre tu equipo a la ofensiva”. A pesar de la influencia americana, Juaneda cree que “hay una gran diferencia entre nuestra liga nacional y una liga profesional” pues “nuestra liga nacional es una liga muy corta, comparado con los 162 juegos que se juegan en grandes ligas por ejemplo y los lanzadores no pueden permitir relajarse ningún fin de semana”. Así que “en nuestra liga, al menos, es una estadística a tener en cuenta” pero no cree que sea la más importante”.

 

 
Para Renny Duarte, el que fuera entrenador de pitchers de béisbol de la RFEBS, a pesar de ser una estadística importante, no es tanto el número de victorias que sume un pitcher sino “el porcentaje de probabilidad de que gane un partido, los pitchers más duraderos en el juego son los que te pueden dar el más alto porcentaje para ganarlo”. Y en base a estos datos, no recogidos en el balance de victorias y derrotas, los equipos construyen su rotación. “Por eso Verlander, Cole, Strasburg, los que tienen más alto salario son los que tienen más alto este probabilidad de ganar un juego y un título de Serie Mundial”. Duarte apuesta por estadísticas que evalúan de manera más individual al pitcher, como sería el FIP (fielding independent pitching), la estadistica que calcula qué pitcher puede prevenir situaciones de carreras en contra sin la ayuda de la defensa (de la que hablaremos en futuros artículos).

Si usáramos esta estadística para valorar a los pitchers de la pasada temporada, estos serían los mejores de la Liga Nacional de béisbol:

Elio Silva (INA) 10-0
Julio Torrealba (MAR) 7-0
Jorge Balboa (VIL) 9-3
Leslie Nacar (MAR) 9-3
Yulman Ribeiro (AST) 8-2

 
Liga Nacional de sófbol

Las cifras de partidos completos en la Liga Nacional de sófbol son mucho más altas que en el béisbol, al haber menos rotación y tener dos innings menos los juegos. 118 partidos se completaron en 2019, un 66%. A pesar de esto, los contras de esta estadística son los mismos, unos guarismos afectados por el juego colectivo propio y ajeno.

Orel Morales, mánager de la Selección Española de sófbol y un ávido estudioso de las estadísticas no la considera una de sus prioritarias precisamente por este motivo, pues “depende del equipo en el que estás, también incluso de la suerte”. Los números que analiza para evaluar a una pitcher son el promedio de carreras limpias, el promedio de bateo de las oponentes y el número de ponches cada siete innings. Aún y así tiene “la percepción, la teoría, de que hay pitchers que son ganadoras y otras que no lo son”. Pone como ejemplo de pitcher ganadora a Marta Rosalén y como caso curioso, que da valor a esta percepción el caso del Cambre, un equipo que le cuesta la victoria, pero que “tiene dos lanzadoras, que no son tan diferentes y sin embargo Laura Otero no ha ganado ni un solo juego en Liga Nacional y Sarayd Ramil tiene trece o catorce ganados, con el mismo equipo, las mismas condiciones”.

Según Morales, las pitchers miran las estadísticas más de los que imaginamos, con lo que hemos hablado con dos de ellas para saber su opinión al respecto de esta en concreto.

 

 
La pitcher internacional Bea Parejo ve esta estadística en su “conjunto con el resto de estadísticas que pueden medir la performance de un pitcher”, y expone los motivos por los cuales no le parece la más representativa de las capacidades de un pitcher. El primero “porque el trabajo de un pitcher se centra, más que en ganar juegos, en ayudar al equipo a sacar la victoria y esta estadística centra de manera individualizada el trabajo de todo el equipo. Ganar un juego es la suma de muchas acciones individuales: pitcheo, defensa y bateo oportuno”. Por otro lado, y aquí viene su segundo motivo, “existen una serie de normas de anotación a la hora de asignar juego ‘ganado’, ‘perdido’, ‘salvado’ o ser ‘sin decisión’ que muchas veces no son fieles a la buena actuación del pitcher abridor: que hayas lanzado un mínimo de innings para poder ser considerada ganadora o, más retorcido todavía, haber lanzado el mínimo de innings o más, dejar el juego ganando cuando se da el cambio, que el relevo permita la carrera del empate y que después el equipo vuelva a ponerse por delante, adjudicándose así el ganado al relevo aunque haya lanzado 1 inning vs 5 innings a 0 que había dejado el abridor”.

 

 
Su compañera en la selección, Ane Barandiaran, no es una gran defensora de esta estadística, acostumbrada a enfrentarse a las lanzadoras más duras en La Liga Nacional y costarle muy caras las victorias. Entiende que le “usen para el partido mas duro” pero por eso mismo no se obceca con cuantos partidos a perdido, no se obsesiona con los números y si tiene en cuenta alguno son de los que ella son responsable más directamente, ni siquiera el ERA, sino las BB y los WP lanzados en cada partido.

Así pues, esta estadística no tiene mucho éxito entre nuestras pitchers. A pesar de eso las dos entrevistadas están en el TOP de lanzadoras en su ranking.

Anyibell Ramírez (RIV) 7-0
Marta Rosalén (FEN) 8-2
Merlys González (DRI) 7-1
Beatriz Alonso (RIV) 6-0
Ane Barandiaran (ASS) 6-1
Irene Martínez (ASS) 6-1
Bea Parejo (RIV) 5-0

 
Referencias:
https://www.cbssports.com/mlb/news/what-is-the-best-pitching-stat/
https://apnews.com/e763de30895043c1ac62290b5da26c39
https://www.baseball-reference.com/leagues/MLB/pitch.shtml
https://blogs.fangraphs.com/players-view-the-best-stat-to-evaluate-pitchers/
https://www.beyondtheboxscore.com/2014/6/2/5758898/sabermetrics-stats-pitching-stats-learn-sabermetrics
https://redlegnation.com/2019/02/28/evaluating-pitching-part-2-isolating-the-pitcher/
http://www.sportsonearth.com/article/230319476/pitcher-wins-losses-debate-statistics-baseball
https://redlegnation.com/2019/02/27/evaluating-pitching-reds-part-1/
https://rotogrinders.com/lessons/most-important-stats-pitching-268626

1 comentario

  • Miguel Muñoz 01 / 04 / 2020 Reply

    En nuestro Béisbol en particular un lanzador completa menos juegos por que al estar tan espaciados en el tiempo los juegos (cada 7 días) si un equipo alto de la tabla dispone de más de un lanzador de categoría lo tiene que poner a lanzar para que no pase tan largo tiempo sin ver acción.

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